12 Claves para desarrollar la resiliencia en la pandemia

Ante la situación que estamos viviendo por la pandemia del COVID-19 que ha impactado a nivel económico, educativo, social y de salud, entre otros, es importante desarrollar la resiliencia que es la capacidad de saber afrontar de forma constructiva, saber adaptarse con flexibilidad y salir fortalecidos de los sucesos traumáticos.

Por eso, compartimos 12 puntos con los cuales se puede desarrollar o mantener la resiliencia en este contexto que vivimos por la pandemia.

  • La auto observación, el autoconocimiento y dedicarnos tiempo

Detenernos primero a escucharnos, identificar lo que sentimos, lo que pensamos, lo que escuchamos, a reconocernos mejor e identificar lo que estamos viviendo y lo que sucede a nuestro alrededor. Conocer cuáles son las cualidades que me permiten adaptarme de manera positiva o no al cambio. Identificar cómo me siento, la autorreflexión.

  • Cuidar cómo te hablas, que te dices y cuánto confías en tus capacidades

Sin darnos cuenta tenemos pensamientos automáticos, cuando uno se dice “qué tonta o tonto soy” ese es el vocabulario que tenemos con nosotros mismos. Es importante hablarnos con cariño, evitar la autoexigencia porque se cae en la presión, debemos reconocer las competencias que tenemos.

  •  El humor

La actitud con que se vive la adversidad va ayudar, buscar momentos agradables, fomentar las motivaciones, la esperanza. Alejarnos de noticias negativas del Covid porque de manera inconsciente nos va llevando a un estado de ánimo ya no tan reactivo. Cambiar nuestra actitud y disfrutar de actividades con la familia, si lo llevamos con humor y situaciones placenteras nos saca de la monotonía.

  • Buscar un aprendizaje

De lo que vivo identificar qué puede ser una oportunidad para aprender, qué capacidades puedo poner a prueba. No centrarse tanto en los problemas o las quejas, más que preocuparnos hay que ocuparnos. En este tiempo hemos aprendido a enseñar, estudiar o trabajar en línea; incluso a estar solos, muchos por el confinamiento y contagio están solos y saber que uno tiene la capacidad de estar solo y convivir con uno mismo. Por ello, preguntarse ¿qué he aprendido, qué puedo seguir aprendiendo, qué capacidades debo continuar desarrollando? 

  • Equilibrio emocional 

Identificar, analizar lo que siento y no me gusta. Al identificar las emociones, aceptarlas y racionalizarlas ayudará a muchos a convivir con las personas y a tomar incluso mejores decisiones. Que la emoción no domine, de ahí la importancia de que la persona se conozca y tenga una actitud diferente va a llevar a tener un equilibro emocional.

La resiliencia es una cuestión cognitiva que tiene que ver con todos los procesos que nos hacen pensar, sentir, con el lenguaje que estoy teniendo conmigo mismo, y de actitud, es la forma en que asumo lo que pasa.

  • Compartir tus emociones

Sacar lo que uno siente, piensa -va descargar la tensión acumulada- ya sea de manera verbal o escribiendo como uno se siente como por ejemplo en un Diario ayuda mucho a expresar cómo nos estamos sintiendo y al hacerlo liberamos esa emoción. 

  • Contexto social

Identificar a las personas que están sumando o restando a mi bienestar. Y busco a quienes estén bien.

  • Elegir con quien convivo

Elegir con quien me siento acompañado, tengo afinidad o con quién aprendo algo. Busco a quienes van a traer bienestar a mi vida, que me hacen sentir bien, que me sumen y no resten.

  • Cuidar nuestra salud (física y emocional)

El exceso de cortisol provocado por el sufrimiento psicológico, disminuye el pensamiento activo, altera el sueño, se presentan dolores de cabeza, se está ansioso, no se come bien, entre otras cosas que nos alteran física y emocionalmente. Se recomienda hacer ejercicio, pues a nivel orgánico se desprenden sustancias como la serotonina, la dopamina entre otras que nos hacen sentir mejor. Es importante incorporar el ejercicio como una rutina y consumir una mejor alimentación, así como asumir que como persona eres una prioridad. Si fomentamos la salud física, la emocional en conjunto va a mejorar. 

  • Ser realista

Aceptar lo maravilloso e injusto de la vida y porque tiene esa dualidad. Aceptar las cosas como son, nos planta en una situación más positiva que ir contra la corriente, en la vida suceden diversos acontecimientos unos agradables y otros no, pero no caer en “a mi todo me ocurre”, evitar la victimización. A todos nos pasan cosas y cuando hacemos más arraigado lo que vivimos no nos permite ser realistas.

  • Cuidar a dónde llevo mi atención

Cómo interpretamos lo que leemos y escuchamos va a definir mucho nuestro estado emocional. Si bien todos somos un mundo y cada uno interpreta la vida de acuerdo a sus recursos, experiencias, capacidades y aprendizajes de vida, es necesario ver a dónde focalizamos nuestra atención y nuestras emociones -que identifico y siento-. 

Muchas veces lo que interpretamos es de manera irracional, saber cómo estoy afrontando mi realidad nos va ayudar mucho. Interpretar de la mejor forma para no salir afectado emocionalmente. El enfado, el nerviosismo, las emociones pueden alterar la manera de interpretar las cosas. 

  • Vivir

Vive como puedas vivir, hacer con lo que tengas lo que puedas. No exijas más de lo que hay, ni vivir de otra manera porque en este momento no está en tus manos poder salir a la calle y disfrutar lo que antes hacías. Que el miedo y la situación que tenemos no condicionen tu vida, deja de estar atrapado en esos pensamientos anticipatorios, ¿qué va pasar?, en estas situaciones de miedo, impotencia, vulnerabilidad y angustia. Es mejor trabajar diariamente en aceptarse, en nuestras emociones. Tomar las riendas de cómo estoy viviendo en estos momentos y sentirnos mejor.

En este tiempo busquemos actividades que antes no hacíamos como leer por placer, aprender un idioma, realizar un juego de mesa con la familia y se interactúe de otra manera, conectarse con los dispositivos tecnológicos y platicar con los amigos, entre otras, es el momento de ser creativo, se tiene que disfrutar lo que se tiene. Vivir el día a día.