19 de septiembre: alerta sísmica y simulacro en casa

El Centro de Instrumentación y Registro Sísmico (CIRES) opera el Sistema de Alerta Sísmica Mexicano, cuya función es advertir cuando ha ocurrido un temblor fuerte que pudiera causar daños a las poblaciones.

Para ello utiliza una red de sensores que cubren regiones sísmicas a lo largo de las costas del Pacífico, en los estados de Jalisco, Colima, Michoacán, Guerrero, Puebla y Oaxaca. Con el apoyo de algoritmos los datos se procesan para estimar la magnitud de los movimientos. Luego esta información se difunde a través de mensajes de radio a varias ciudades del país.

Las ondas de radio —que se propagan a la velocidad de la luz— son mucho más rápidas que las ondas sísmicas; esta diferencia proporciona un margen de anticipación de varios segundos para enviar la alerta. Sin embargo, durante el sismo del 19 de septiembre de 2017 la onda sísmica y el aviso llegaron casi al mismo tiempo a la Ciudad de México porque la distancia entre el punto de origen de ese temblor y las estaciones más cercanas fueron casi equivalentes.

Según Miguel Ángel Santoyo, investigador del Instituto de Geofísica de la UNAM, si se mejoraran los algoritmos para estimar la magnitud y se establecieran más sensores en el sistema de alerta del CIRES, ésta podría hacerse más eficaz. Por ejemplo, de haber existido un sismógrafo encima del hipocentro del sismo mencionado, se habrían tenido uno o dos segundos más de anticipación para emitir la señal de alerta.

Este margen puede parecer insignificante, pero hay que sumarle los segundos que tardan en llegar las ondas de la fase más intensa del sismo, tras la propagación inicial de la onda primaria, de menor amplitud. Si se suman mejores técnicas a este “preámbulo” del movimiento intenso, sería posible emitir una alerta sísmica con hasta 10 segundos más de antelación.

Alerta sísmica

El Sistema de Alerta Sísmica Mexicano, o SASMEX, tiene su propia red para detectar sismos. Ésta es distinta de la red del Servicio Sismológico Nacional y opera de manera independiente. La alerta en la Ciudad de México suena cuando se detecta un sismo en las costas del Pacífico, desde Jalisco hasta Oaxaca, al cual el sistema le estima rápidamente una magnitud probable mayor que 5.5. Así, la alerta sísmica sólo debería sonar para los sismos de magnitud mayor o igual a 5.5. Sin embargo el sistema de alerta sísmica está programado para alertar lo antes posible. Esto implica que se prefiere rapidez que precisión, y la estimación inicial que hace automáticamente el SASMEX tiene una incertidumbre. Por eso hay veces que se activa la alerta aunque la magnitud del sismo haya sido menor que 5.5; es decir, a veces suena y no sentimos nada.

Además las ondas sísmicas tienen efectos diferentes en distintas partes del Valle de México (véase ¿Cómo ves? No. 228): en ciertas partes las ondas sísmicas se amplifican y en otras se amortiguan. Esto se debe a las diferencias del subsuelo (y sobre todo a los sedimentos del antiguo lago), las cuales producen distintos “efectos de sitio”, como decimos los sismólogos. La alerta está diseñada para que la gente de las zonas con mayores amplificaciones tenga más tiempo para ponerse a salvo lo más rápido posible. Hay partes de la ciudad en las que las amplificaciones de las ondas sísmicas no son tan grandes, pero como la alerta sísmica es la misma para toda la ciudad y no distingue efectos de sitio, a veces el sismo se siente en unas partes y en otras no.

Nota: La información utilizada para elaborar este artículo resulta del esfuerzo de investigadores y técnicos académicos del Instituto de Geofísica y del Servicio Sismológico Nacional de la UNAM.