Los atajos cortos traen retrasos largos: las heurísticas
Todos los días tomamos decisiones, algunas son pequeñas y relativamente sin importancia, como decidir si te bañas o no. Otras son grandes y pueden tener una verdadera relevancia en tu vida, como ir a la universidad o no. En ambos casos estamos tomando decisiones, sólo que unas son casi instantáneas y a otras les dedicamos tiempo para analizarlas. Para tomar decisiones, usamos estrategias, sin embargo, a veces somos víctimas de nuestros propios prejuicios, falacias y contextos, sobre todo si decidimos rápidamente.
Inicia la mañana, despiertas, te preparas y, casi en “automático”, sales de casa. Tomas el camino de siempre, hasta que te das cuenta que ese día ibas a otro lugar, ahora ya se te hizo tarde ¿te “suena”?, no te has detenido a pensar, has usado una rutina que te facilita las cosas. El problema de tomar decisiones usando demasiados atajos es que puedes cometer errores sin darte cuenta.
A estos “atajos mentales” los psicólogos les llaman Heurísticas y ayudan a aliviar nuestra carga mental de estar todo el tiempo sopesando opciones, nos ayudan a decidir rápido y sin mayor esfuerzo, pero, como ocurre con todo tipo de atajos, a veces puede ser una desventaja que nos lleva a conclusiones erróneas.
Los atajos mentales más comunes son:
- La heurística de anclaje y ajuste: emitimos juicios basados en un valor inicial o en un contexto establecido, funcionan como nudges*, que nos ayudan a elegir. Un ejemplo de esto es una donadora que pide un apoyo y determina las cifras, entre más altas, es muy probable que el donativo sea más generoso y nos ayuda a decidir cuál es la cifra adecuada.
- La heurística de la representatividad: determinamos que un suceso, persona o acción es representativo de algo, y si lo es, es probable que sea de esa clase. Pensar que los productos de alta calidad son caros, por lo tanto, si es caro es de alta calidad, es un ejemplo. Otro ejemplo es juzgar a las personas por su sexo, origen, posición social, etc., sin conocerlas en realidad.
- La heurística de la disponibilidad: juzgar la probabilidad de un evento, en términos de lo que podemos recordar más fácilmente. En un lugar donde ocurren varios sismos, puedes pensar que es muy probable que ocurra algo catastrófico, porque a tu mente vienen imágenes de eventos anteriores, y esto evita que puedas evaluar de forma objetiva la situación.
Nos gusta pensar que tomamos decisiones con base a la lógica y la racionalidad, y además rápido, sin embargo, hay que tener en cuenta que las conclusiones a las que lleguemos pueden no ser totalmente reales. Ser conscientes de esto es el inicio de para tomar mejores decisiones en el futuro. Llegar tarde a un lugar por usar nuestros atajos mentales, parece ahora menos grave; tomar decisiones sin sopesar nuestros posibles sesgos, si puede ser perjudicial.
Norma Angélica Corado Nava, es bióloga y Divulgadora de la Ciencia en Universum. Facebook: Norma Corado