Donación de órganos en México: una visión desde las ciencias del comportamiento

La donación es la acción de ceder de forma altruista y voluntaria uno o varios órganos, tejidos o células de sí mismo, o de un familiar que ha perdido la vida, a otra persona con la finalidad de realizar un trasplante que mejorará su salud. Estos trasplantes sólo pueden llevarse a cabo gracias a la solidaridad de quienes deciden donar de manera voluntaria y altruista, ya sea en vida o al fallecer.

 

En México, durante el año 2019 se realizaron un total de 2494 donaciones post-mortem, mientras que, en el 2020 hubo un total de 667, lo que implica una reducción del 73.26%. Probablemente la pandemia sea un factor relacionado con la disminución de donaciones, sin embargo, hay muchos otros factores que inciden en que una persona sea (o no) donadora de sus órganos. Jasson (2019) realizó una escala de actitudes relacionadas con la donación de órganos post-mortem, la cual aborda temas relacionados con actitudes favorables (se ve a la donación como algo bueno), actitudes desfavorables (se ve a la donación de manera negativa), y actitudes de desconfianza (hacia las instituciones de salud encargadas de las donaciones). Este estudio encontró que, en México, uno de los principales obstáculos para la donación de órganos es la necesidad de obtener el consentimiento de los familiares. También que, quienes están dispuestos a donar, mostraron actitudes más favorables a la donación de órganos, mientras que los menos propensos, mostraron mayor desconfianza y actitudes desfavorables. De manera general, las actitudes favorables hacia la donación de órganos son las que más predominan, seguido por las actitudes de desconfianza y finalmente las actitudes desfavorables.

 

Cómo las Ciencias del Comportamiento pueden aumentar las donaciones de órganos: 

 

La donación voluntaria y altruista de órganos es una situación de decisión, en la cual se pueden adoptar diferentes estrategias que dependen del tamaño y de la complejidad de las opciones disponibles. En su libro Un pequeño Empujón, Thaler y Sunstein hacen referencia a los tipos de consentimiento que se podrían utilizar en la donación de órganos, que son:

 

  • Consentimiento explícito: Las personas deben seguir un procedimiento determinado para demostrar que quieren ser donantes. La investigación señala que esta disposición ha demostrado disminuir los registros de donantes (es la que tenemos en México). 
  • Extracción Habitual: El Estado tiene el derecho a extraer órganos de las personas que han muerto o que se hallan en ciertas situaciones irreversibles sin pedir permiso de nadie.
  • Consentimiento implícito: Todos los ciudadanos son donantes, sin embargo, tienen la libertad y facilidad de manifestar su deseo de no serlo. Este es el esquema que opera en países como Francia, España y Portugal.

 

Este último, el consentimiento implícito es el que se ha abordado en experimentos como el realizado por Johnson y Goldstein en 2003, quienes mencionan que, en estudios previos se ha encontrado que las preferencias de las personas son construidas y se van definiendo con cada elección que hacen. En su experimento, relacionado con la donación de órganos, donde asignan a diferentes personas aleatoriamente una opción predeterminada (sí deseo donar, no deseo donar y la condición neutral), demostrando que la selección previamente hecha impacta positivamente en la decisión de registrarse como donadoras de órganos.

 

Este estudio de Johnson y Goldstein (2003) muestra que un factor particularmente relevante para las decisiones de los donantes es la opción que funja como predeterminada. La condición de consentimiento implícito permite abordar a la familia como la familia de un donante, en lugar de como la familia de un no donante, y este simple cambio puede hacer que la familia acepte la donación de órganos con más facilidad.

 

De igual manera, se ha abordado el utilizar normas sociales (Consentimiento de primera persona de Illinois, 2006 citado en Thaler y Sunstein, 2008) para promover la donación de órganos: las personas muchas veces hacen lo que consideran correcto porque saben que serán vistas por los demás. Aquí lo mejor sería utilizar el consentimiento de tipo implícito, en donde la norma sería “ser donante”. Quienes no quieran serlo, tendrían que optar por salirse de dicha norma, además de que probablemente esta decisión no sería bien vista por los demás, disuadiendo a las personas de ir en contra de la opción predeterminada. 

 

Y tú, ¿Ya eres donante de órganos?

Te invitamos a registrarte en https://cenatra.gob.mx/dv/index.php 

 

Edith Trejo Centeno es integrante del Proyecto ICCE de la Facultad de Psicología de la UNAM, iniciativa de divulgación de ciencias del comportamiento. 

Twitter @edith__tc @proyectoicce. Facebook: Proyecto ICCE