Cine mexicano y COVID-19. Escenarios de la producción cultural
El doctor Juan Carlos Domínguez, investigador del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias (CRIM) de la UNAM, habló sobre el dinamismo económico del cine en México. De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) en los últimos cinco años la industria cinematográfica ha crecido el triple que el conjunto de la economía nacional.
De acuerdo con el especialista, los 30 mil empleos directos que contabiliza el INEGI y los 50 mil que registra la Cámara Nacional de la Industria Cinematográfica (Canacine), sumados a los 150 mil empleos indirectos que genera la cadena productiva de la industria (producción, distribución y exhibición) se verán afectados en un 70 por ciento.
El especialista explicó que de acuerdo a las cifras mensuales de asistencia al cine de los últimos tres años, se estima que en el periodo de mayo a agosto no se venderán al menos 150 millones de boletos en las salas de cine, lo que representa el 40 por ciento de la asistencia del año. Dicha reducción se traduciría en 10 mil millones de pesos, que representa tres cuartas partes del presupuesto destinado al sector cultural de este año.
“La producción de películas también se verá disminuida, pensamos que actualmente en México se están realizando alrededor de 200 películas. Y se estima que será reducirá este número al menos 30 por ciento” añadió Domínguez.
El académico universitario destacó que un sector especialmente afectado es el circuito cultural que obtiene sus recursos de los ingresos corrientes, de los apoyos públicos y de los patrocinios. “Estamos hablando de los festivales de cine, de los cineclubes. Muchos dirigidos a sectores de la población en lugares específicos del país donde no hay cines. Se estima que por razones geográficas y del precio del boleto al menos un 30 o 40 por ciento de la población no cuenta con acceso a una sala de cine”.
Enfatizó que si se suprime la diversidad de la oferta cultural que ofrecen los festivales y los cineclubes, se dejará de difundir cine latinoamericano, asiático, africano y de otros países. Así como el cine independiente que se produce en el mundo y no se estrena en las salas comerciales. “Tristemente, nos quedaríamos con el 85% del cine de Hollywood que concentran anualmente las salas comerciales”.
Finalmente, Domínguez acotó que el cine es una actividad de vital importancia para la reactivación económica porque representa un ingreso considerable de recursos. Actividad que en algunas ocasiones se considera como una carga o un gasto superfluo. “Invertir en cine es tener la posibilidad de que las inversiones puedan tener un efecto multiplicador en la economía que genere beneficios y empleos en el corto y mediano plazo”.