Cerebro creativo ante COVID-19

El miedo, la preocupación y el estrés, son mecanismos naturales que nos preparan para la acción, sin embargo, cuando la frecuencia, duración e intensidad de estas reacciones orgánicas ante los acontecimientos de la vida cotidiana comienzan a alterar nuestra funcionalidad, podríamos estar en presencia de trastornos de ansiedad, depresión o estrés crónico; estados que innegablemente afectaran nuestro rendimiento físico, emocional y cognitivo, presentando con ello fallas de juicio al momento de tomar decisiones y la disminución de nuestra capacidad de adaptación.

En palabras del Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la Organización Mundial de la Salud, los efectos de la pandemia en la salud mental están siendo sumamente preocupantes. El aislamiento social, el miedo al contagio y el fallecimiento de familiares se ven agravados por la angustia que causa la pérdida de ingresos, y a menudo, de empleos.

Pero ¿qué papel juega la creatividad ante los retos y desafíos que nos presenta la nueva realidad en tiempos de COVID-19? La creatividad es un recurso cognitivo fundamental que nos permite dar soluciones innovadoras ante situaciones que se presentan dentro de entornos cambiantes, nos ayuda a afrontar y adaptarnos de una manera positiva ante la adversidad. El estudio de la creatividad desde una perspectiva neurobiológica se ha convertido en una gran pregunta de investigación para la ciencia, despertando el interés por entender las bases neurobiológicas que subyacen al proceso creativo y brindando una puerta de acceso para comprender los misterios que encierra el cerebro humano.

Los procesos mentales superiores, habitualmente conocidas como procesos cognitivos: pensamiento, atención, lenguaje, memoria, percepción, motricidad y funciones ejecutivas, guían nuestro desempeñarnos funcional ante las demandas del entorno, integrándose en el dominio de las funciones ejecutivas las habilidades para la auto regulación de la conducta y el afecto, el auto monitoreo, la toma de decisiones, la planeación, la organización, la capacidad de abstracción, la anticipación, fluidez ideatoria, memoria de trabajo y la flexibilidad cognitiva. Es en este punto donde hablar del pensamiento creativo cobra sentido como mecanismo de estimulación neurocognitiva para el mantenimiento de las funciones mentales superiores y por ende de la capacidad que tendremos para encontrar soluciones innovadoras ante esta nueva realidad, preservando nuestro estado de bienestar físico, emocional y cognitivo.

Todo está en el cerebro

Al respecto, el psiquiatra italiano Silvano Arieti propuso que la creatividad se asocia con el incremento en el funcionamiento de la corteza temporo-occipito-parietal (TOP) y con un aumento de su interacción con la corteza prefrontal (CPF), manteniendo estas áreas una disposición a la activación. La CPF y las áreas TOP son regiones dentro del cerebro humano en las cuales se llevan a cabo procesos de asociación y de síntesis, donde ocurren procesos mentales complejos tales como las actividades simbólicas, la anticipación y la abstracción. Estas áreas integran y procesan los estímulos sensoriales que recibimos del medio, entendiendo en este sentido que el pensamiento creativo se vuelve un mecanismo que refuerza la conectividad entre las áreas estratégicas de nuestro cerebro que nos permiten regular la integración de dominios afectivos, fisiológicos y cognitivos dando como resultado una conducta eficiente que nos permite la toma de decisiones favorables.

En 2003, un estudio sobre Neurobiología de la Creatividad que buscaba la correlación del índice de creatividad y la función cerebral, mediante el uso de las Pruebas de Torrance de Pensamiento Creativo (TTCT grafica y verbal) y la medición del flujo sanguíneo cerebral usando tomografía computarizada por emisión de fotón único (SPECT) y mapeo estadístico paramétrico. Los hallazgos del estudio mostraron una correlación positiva entre el índice de creatividad y el flujo sanguíneo cerebral en las siguientes áreas: giro precentral derecho, cerebelo anterior derecho, giro frontal medio izquierdo, giro recto derecho, lóbulo parietal inferior derecho y giro parahipocámpico derecho – áreas descritas previamente en los estudios de Arieti-. El grupo de investigadores concluyeron que el índice de creatividad se asocia con un mayor actividad de estructuras cerebrales involucradas en el procesamiento multimodal, el procesamiento de emociones y en funciones cognitivas complejas.

Estos estudios evidencian el reclutamiento de áreas cerebrales encargadas de los procesos afectivos y cognitivos, vinculando la creatividad con nuestro desempeño funcional eficiente.

Tras la descripción de los sustratos neuroanatómicos que subyacen a los procesos creativos cabria preguntarse si ¿la creatividad se hereda o se aprende?, En 2018, en The New York Times se publica un acercamiento a la respuesta sobre esta pregunta planteada, referido por la Dra. Nancy Segal de la Universidad estatal de California, la creatividad esta determinada por factores genéticos y ambientales. En su libro “Nacidos juntos, criados separados: estudio histórico de los gemelos de Minnesota”; un estudio longitudinal que comparó, entre otros dominios, la creatividad de gemelos criados en ambientes diferentes, encontrando que los estímulos ambientales representan un factor determinante en el desempeño de los sujetos. Con esta investigación se han podido evidenciar los efectos de los genes y el ambiente en una gran cantidad de características conductuales. Los genetistas ahora saben que, aunque el ADN personal es básicamente inmutable, la variedad de estímulos ambientales -sanos u hostiles- y conductuales -como hábitos saludables o insanos- puede propiciar diferencias epigenéticas. La epigenética hace referencia, en un sentido amplio, al estudio de todos aquellos factores no genéticos que intervienen en la determinación de la ontogenia (estudio del ser, desde su concepción, desarrollo, crecimiento y muerte).

Genética no es destino, en situaciones adversas, donde nos enfrentamos a cambios radicales y repentinos como lo ha sido la pandemia por COVD-19, ¿qué papel juega la creatividad como herramienta cognitiva que nos permita adaptarnos y buscar recursos innovadores? Los ambientes estimulantes en los que se propicie el desarrollo de habilidades de afrontamiento positivo y el pensamiento creativo apoyaran nuestra capacidad de resiliencia, motivándonos a la búsqueda de soluciones favorables y contribuyendo a una mejor adaptación.

Grupo Interdisciplinario en Neurociencias y Arte
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Fuentes:

Brody J., (2018) Qué influye más en lo que somos, ¿la genética o la crianza? The New York Times
Chávez R., Graff A., García J., Vaugier V., Cruz C., (2004) Neurobiología de la Creatividad: Resultados preliminares de un estudio de activación cerebral. Salud Mental, Vol. 27, No. 3, junio 2004.
OMS (2020) Aumentar sustancialmente las inversiones para evitar una crisis de salud mental
https://www.who.int/es/news-room/detail/14-05-2020-substantial-investment-needed-to-avert-mental-health-crisis
Portellano J., (2005). Introducción a la Neuropsicología. McGraw-Hill/Interamericana de España, S. A. U